Todos queremos hacerlo bien, al detalle, pero es imposible, por eso hay que seguir una estructura, escribiendo también. Primero “desbasto”, esbozo, y luego, dependiendo del tiempo que tenga, refino.
Objeción del tiempo, objeción de no sé.
INTRO EMAIL
En el Moisés, una de las esculturas más conocidas de Miguel Ángel, hay un detalle que pasa desapercibido, salvo que te lo cuenten.
Te lo cuento.
ACTO 1
En el brazo humano está el que quizás es el músculo menos usado del cuerpo, porque solo sirve para levantar el meñique.
El músculo extensor propio del meñique (así se llama) está siempre oculto, ysolo se marca si te vas a cortar esa uña, sacarte un segundo moco, rascarte el oído, o en las otras contadas ocasiones que ese dedo se mueve solo.
ACTO 2
Pues en la escultura el Moisés tiene el meñique un poco levantado, y Miguel Angel se molestó en tallarle ese músculo.
Podía no haberlo hecho, o haberle puesto el dedo normal, pero el tipo era un friki de los detalles.
Yo lo sé porque me lo contó mi socio Sergio Somoza, y me lo contó porque él es otro friki.
No hace esculturas, hace SEO, pero el TOC es similar.
Porque tiene más hijos que tiempo, que sino se pasaría la vida puliendo detalles, haciendo las cosas un poco más bonitas.
Pues la idea que te traigo hoy martes, 30 de enero, es una frase suya:
“A mí me gustan los detalles. Como a la mayoría, pero no lo saben”.
Y estoy muy de acuerdo.
ACTO 3
La idea es que a todos, sin excepción, lo que nos motiva de verdad es hacer cosas que creemos que son buenas.
Luego las circunstancias aprietan y nos vamos conformando, pero en nuestra esencia está perseguir la perfección, considerar los detalles, hacer que brille.
MOVER A PRODUCTO
Por eso el gran reto al que nos enfrentamos es hacerlo cuadrar con la vida.
A Miguel Angel le financiaban la obsesión, pero supongo que tampoco es tu caso.
Si yo siguiera mi instinto “mejorador” reescribiría este email veinte veces, o veinte mil, pero también tengo unos cuantos hijos.
Por eso lo que hago es imitar a Miguel Angel.
Ojo aquí:
Al esculpir lo primero que hacía es el “desbaste”, que consiste en quitar material para esbozar la escultura, y después refinar.
En estos emails, que tienen una estructura muy clara, hago lo mismo.
Primero “desbasto” y luego, dependiendo del tiempo que tenga, refino.
Así consigo versiones iniciales bien estructuradas, que se parecen a la versión final, y mi necesidad de pulir detalles queda moderadamente satisfecha.
De esa estructura, de los detalles, y de cómo refino los emails (cuando puedo) hablaremos en el taller del día 13, que estará incluido con la suscripción.
Si te interesa escribir muchos emails, que vendan, y tienes muchos hijos:
