Yo, Durkho, Dios Demonio y Señor de la Guerra, ofrezco parte de mi Maza Destructora como ofrenda. Mis ojos solo contienen ira, y mi mente solo busca guerra. La horda de Demonios me sigue ciegamente a la batalla, luchan despiadamente hasta la muerte. La maza construida en obsidiana que sostienen mis manos, obtiene el control de todo aquel que la mira, pudiendo controlar la fuerza de todo ser que se acerque a mi.