El Golem Rebelde, aterrorizado, empezó a retroceder deseando escapar de aquella pesadilla. Pero ya era demasiado tarde, uno de los 4 Dioses Demonio lo tenía atado a uno de los pilares con una cadena.
Palabras infernales empezaron a brotar de la garganta de una de las figuras diabólicas. A continuación, otro de los Dioses comenzó a imitarlo. Y así, hasta poder ver a los cuatro Dioses en la entrada al averno, recitando lo que parecía ser un ritual ancestral.
Cinco símbolos demoniacos empezaron a grabarse en fuego en el suelo. Uno debajo de cada figura infernal, y el último debajo del golem rebelde, que se encontraba atado a un pilar en el centro del ritual. Mientras los cuatros Dioses seguían con la invocación, la tierra volvío a vibrar.
Un círculo de fuego conectó todos y cada uno de los símbolos grabados en el suelo, y todos los Dioses dejaron de recitar al momento. El ritual estaba invocado. Era el momento de la ofrenda.
Sylverior fue el encargado de comenzar. Cogió su espada por el mango, y la clavó en el suelo, perforando el símbolo demoniaco que se habia grabado bajo sus pies. El siguiente fue Dhurko, y así, hasta que los 4 Dioses realizaron su ofrenda.
EL RITUAL