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ENCUENTRO

Días después del reparto de Orbes, el suelo de Giblatön todavía temblaba. La explosión había sido tal, que había abierto multitud de brechas en el piso.

Curiosamente, una de estas brechas había llamado la atención del Golem Rebelde. Seguramente por la profundidad que esta presentaba.

Durante un tiempo, el Rebelde estuvo siguiendo el cauce de esta falla, cegado por una extraña superstición. Hasta que, finalmente, vio como la brecha ahondaba y finalizaba en la Cueva de los Pilares Verdes. Así que, entró en la cueva para averiguar qué era eso que tanto le atraía.

Cuando pudo llegar a la parte final, lo que vieron sus ojos le dejó atónito. Un abismo infernal se mostraba ante él, profundo hasta el corazón de Giblatön. Delante suya, 4 figuras diabólicas aguardaban.

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