Encuestas

Una encuesta es, probablemente, el método de investigación más rápido y económico que podemos implementar. Cualquiera puede crear una encuesta sobre su producto en 10 minutos, más aún como herramientas modernas como Google Forms o Typeform.

Sin embargo, las encuestas son el método de investigación más difícil de ejecutar de manera correcta. Crear una encuesta requiere ciencia, ya que es muy fácil crear una encuesta con muy malas preguntas y considerar estas respuestas sesgadas y engañosas como respuestas certeras de nuestra investigación.

Intenta recordar la última vez que llenaste una encuesta. ¿Fuiste 100% sincera? Recuerda otras encuestas que hayas contestado ¿hubo alguna en la que marcaste todo 5 o todo 0 solo para contestarla rápido? ¿Llenaste alguna vez una encuesta sobre un producto que nunca usabas y para el que no eras parte del público objetivo?

Este es el riesgo que corremos con una encuesta y que hemos visto que pasa mucho:

Creo una encuesta

La distribuyo por Facebook, Whatsapp y correo electrónico

La llenan muchos de mis contactos

Utilizo estas respuestas para sustentar mis decisiones de diseño o de negocio

¿Qué es lo que está mal? En primer lugar, es probable que toda tu red de contactos no sean parte del público objetivo del producto para el cuál estás trabajando. Por ejemplo, si es que estás haciendo una investigación sobre unas nuevos funcionalidades para Slack y lanzas tu encuesta en Facebook. ¿Serán las respuestas de todos tus contáctos adecuadas para tu investigación? O, si estás haciendo una investigación para una red social de vegetarianos o de madres solteras. ¿Serán todos tus contactos los adecuados para contestar la encuesta? Incluso si tus contactos cumplieran con todo el perfil, ¿serán ellos los únicos actuales o futuros clientes de tu producto? Probablemente no. Piensa en las últimas elecciones presidenciales en tu país, si lanzabas una encuesta sobre el candidato por el cuál votarían tus contactos, ¿la respuesta hubiera sido igual al resultado final? ¿Hubiera salido presidente la persona que finalmente ganó? ¿Hubiera ganado con la misma diferencia que tuvo en los resultados finales? Probablemente no.

Otro error en el que solemos caer es la formulación de preguntas. Hacemos preguntas sobre comportamientos futuros como: ¿usarías nuestro producto? ¿cuánto pagarías por este producto?. Cuando existen otros métodos de investigación que nos pueden llevar a observar mejor estos comportamientos. También, es sencillo guiar las respuestas de acuerdo a nuestras expectativas, por ejemplo, a veces no ponemos respuestas que no nos favorecen como ¿con qué frecuencia utilizarías este producto? Con opciones como diariemente, interdiario, una vez al mes, dejando de lado el nunca.

Finalmente, otro error en las encuestas tiene que ver con promediar los resultados. Imagínate una encuesta sobre el tamaño de pantalla de celular preferido por los usuarios. Digamos que 500 usuarios respondieron 3.5 pulgadas y otros 500 respondieron 5.5 pulgadas. Hemos visto casos en los que se promedian estos resultados y se concluye con: "construyamos un celular con una pantalla de 4.5 pulgadas, porque es el promedio que quieren los usuarios".

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