El propósito del análisis de los recursos y de las capacidades es identificar el potencial de la empresa con el fin de establecer ventajas competitivas mediante la valoración de los recursos y las habilidades que posee o a los cuales puede acceder.
Como consecuencia de estas características, los recursos intangibles son activos de acumulación lenta y costosa, de venta difícil en el mercado y susceptibles de múltiples usos, lo cual tiene implicaciones en la gestión y en la estrategia empresarial.
Las capacidades son la combinación y coordinación de recursos de una empresa, reflejando su conocimiento y habilidades. Se asocian al flujo y la adaptación, mientras que los recursos se relacionan con el stock. Las capacidades dinámicas son las habilidades para renovar y recrear las capacidades estratégicas en respuesta a los cambios del entorno.
Las rutinas organizativas son patrones regulares y predecibles de actividades coordinadas por los individuos, según Nelson y Winter. Pentland y Feldman las describen como sistemas generativos con estructuras internas y dinámicas.
Del análisis de la capacidad de la empresa para poder obtener rentas de sus recursos surge el estudio de un primer criterio de evaluación: la apropiabilidad. El mantenimiento de la ventaja competitiva en el tiempo implica la consideración de otros tres criterios de evaluación de los recursos y las capacidades de la empresa: durabilidad, transferibilidad y reproductibilidad.
Ejemplo:
Las nuevas máquinas de café ofrecen rapidez, flexibilidad y personalización para adaptarse a las preferencias de los clientes. La innovación en este sector es constante, lo que hace que algunos productos queden desfasados rápidamente. Sin embargo, los recursos intangibles, como la marca, pueden tener una durabilidad mayor. La marca Coca-Cola, por ejemplo, ha mantenido su valor a lo largo de décadas, siendo atribuida a ella más del 70% del valor de la compañía.
La habilidad de la empresa para sostener su ventaja competitiva a lo largo del tiempo depende de la velocidad con la que sus rivales pueden adquirir los recursos y las capacidades necesarias para imitar su éxito.
La transferencia de capacidades es difícil cuando dependen de conjuntos complejos de recursos, lo que reduce el riesgo de que los competidores las adquieran en comparación con capacidades basadas en recursos individuales más fácilmente transferibles.
Ejemplo:
Fruco y Apis: Una operación con mucho «tomate»
Las marcas Fruco y Apis, conocidas por sus productos como zumos y tomate frito, formaron parte del entramado empresarial de Nueva Rumasa en 2008. Sin embargo, debido a los problemas del conglomerado, pasaron por un período de ausencia en las tiendas. En 2013, las marcas fueron adquiridas por Carnes y Vegetales, una nueva sociedad participada por cooperativas y otros inversores. La operación permitió recuperar la producción, transformación y comercialización de tomate, además de salvar empleos en la zona. Carnes y Vegetales ha retomado el negocio con grandes cadenas de supermercados como Dia, Carrefour, Lidl y El Corte Inglés.
Además de adquirir recursos y capacidades en el mercado, una empresa puede desarrollarlos internamente. Sin embargo, algunos recursos y capacidades pueden ser fácilmente reproducibles por otras empresas, lo que puede conducir a la imitación y la anulación de la ventaja inicialmente obtenida.