Un día a un señor que no sabía que hacer se le ocurrió ir a caminar, a respirar aire fresco. Ese día fue maravilloso ¡se le había ocurrido algo! Mientras sea algo, es demasiado. Algo es algo. Nadie supo porque ese día, si no tenía nada en especial. No era ni su cumpleaños ni nada, (No hay muchas cosas que decir de este hombre.)
Entonces empezó a caminar y caminar, no pasaba nada, no le importaba porque no se le iba a ocurrir nada. Una cosa por día tenía que pasar, si no iba a ser mucho para él y se iba a poner loco.
De repente vio una dinamita prendida y pensó que podía ser eso, ¡no sabía pero estaba pensando! Ese día si que fue maravilloso y de locos. El hombre ni sabía que había pensado o que se le había ocurrido algo. Un señor que caminaba por ahí le dijo que corra y escape porque iba a explotar. EI hombre le hizo caso y corrió. La dinamita exploto después de unos cuatro, cinco segundos, por suerte se habían salvado. Ellos y mucha gente más se habían salvado. La dinamita hizo unos ruidos tremendos y a máximo volumen. La gente se alivió y siguió como si no hubiera pasado nada. El hombre se sentía medio raro como si todas las personas estarían atrás de él ¡estaba sintiendo! Y era cierto que todas las personas estaban atrás, porque ellos estaban festejando que el señor había sentido pensado y se le había ocurrido algo. El hombre no entendía nada. (Cómo iba a entender) La gente lo aplaudía, lo felicitaba y el seguía sin entender. Entonces él era el más conocido del mundo y el seguía sin entender. Un referí tuvo que venir de una lucha para levantarle la mano.
Desde ese día, si ibas a caminar estabas a la moda (Para los que no lo entendieron era porque lo primero que se le ocurrió fue ir a caminar.) Lo que no estaba a la moda era pensar lo que era una dinamita porque todos ya lo sabían. Es como pensar uno más uno que todos lo saben, me imagino. Entonces el señor lo más pancho no pensó más, únicamente por las excepciones. Solo salía a correr un minuto o dos y después no se le ocurría nada, a si que no hacía casi nada en todo el día. Pero no le importaba, con una cosa por día estaba bien.
Un día el señor estaba parado en su casa y se empezó a aburrir y estaba realmente aburrido y no se le ocurría nada, nada de nada. El gato de la vecina estaba jugando con una pelota. El hombre empezó a jugar (más bien a hacer malabares.) Agarró el teléfono, el calendario y el correo de la semana anterior. Ese día se divirtió como nunca antes aun que nunca se había divertido. Desde se día fue una persona común y corriente. Nadie lo miraba con atención. Consiguió trabajo, se casó e hizo una vida normalmente y eso de no poder pensar, de no poder sentir y todo eso quedo en el pasado. Ya no le importa (Ni se acuerda, eso paso hace mucho tiempo. Pero no quiere decir de que estuve mintiendo.) El ya se quiere escapar antes de que todos vayan a preguntarle toda su vida.
Corre, corre
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