RAID (Redundant Array of Independent Disks) es una tecnología que permite combinar varios discos duros en un único dispositivo lógico.
Principales niveles de RAID
Existen varios niveles de RAID, cada uno con sus propias características y ventajas. Los más utilizados son:
RAID 0 (Data Striping, Striped Volume): se utiliza para mejorar el rendimiento de lectura y escritura. Los datos se dividen en bloques y se almacenan en varios discos. No ofrece tolerancia a fallos.
RAID 1: se utiliza para mejorar la redundancia y la tolerancia a fallos. Los datos se duplican en dos discos. Si uno de los discos falla, los datos se pueden recuperar del otro disco.
RAID 5: se utiliza para mejorar la redundancia y la tolerancia a fallos. Los datos se dividen en bloques y se almacenan en varios discos, junto con información de paridad que se utiliza para recuperar los datos en caso de fallo de un disco.
Otros niveles de RAID incluyen:
RAID 0+1: se utiliza para combinar las ventajas de RAID 0 y RAID 1. Los datos se dividen en bloques y se almacenan en varios discos, y luego se duplican en otros discos. Ofrece una buena combinación de rendimiento y tolerancia a fallos y no necesita hacer cálculos de paridad.
RAID 1+0: similar al anterior pero organizado al revés.
RAID 6: similar a RAID 5, pero con dos discos de paridad en lugar de uno. Ofrece una mayor tolerancia a fallos que RAID 5.
RAID 50: se utiliza para combinar las ventajas de RAID 0 y RAID 5. Los datos se dividen en bloques y se almacenan en varios discos, junto con información de paridad que se utiliza para recuperar los datos en caso de fallo de un disco. Luego, los datos se duplican en otros discos.
RAID 60: similar a RAID 50, pero con dos discos de paridad en lugar de uno. Ofrece una mayor tolerancia a fallos que RAID 50.
RAID 100: se utiliza para combinar las ventajas de RAID 0 y RAID 1. Los datos se dividen en bloques y se almacenan en varios discos, y luego se duplican en otros discos. Ofrece una buena combinación de rendimiento y tolerancia a fallos.
Otros muchos como 3, 4, 30, 50+0, 60+0, …
Podéis ampliar los tipos de RAID en numerosas páginas web como
Como hemos visto, utilizar RAID mejora enormemente la tolerancia a fallos del sistema, por lo que es casi imprescindible en servidores.
La mejor opción es una controladora RAID en la que creamos el RAID desde la BIOS de dicha controladora (o sea, antes de cargar el sistema operativo). Cuando se carga el sistema operativo, este no ve los discos reales, sino el resultado del RAID, o sea, el disco virtual creado.
Si no podemos disponer de un RAID por hardware entonces lo configuraremos en el sistema operativo: este verá todos los discos y le diremos el tipo de RAID que queremos crear y será el sistema operativo el encargado de dividir la información a escribir, calcular la paridad y gestionar la escritura en los distintos discos del RAID.
La ventaja del RAID por software es que es gratis y fácil de configurar, además de que se pueden crear volúmenes con discos de diferente tipo y velocidad. Sin embargo, el rendimiento (especialmente en un RAID-0) va a ser menor y la carga de la CPU mucho mayor.
Así que si el presupuesto lo permite, siempre es aconsejable montar un RAID por hardware.