Aquí encuentras algunas preguntas para hacerte (que seguro generarán más preguntas) pero te guiarán hacía la reflexión. Siéntete libre de responderlas donde quieras y de revisarlas cada vez que no sepas cómo lograr un objetivo.
Cuando has tenido un buen equipo de trabajo ¿Te has tomado un tiempo para reconocerlo o darle un feedback positivo a la persona o el equipo? Recuerda que el feedback no es solo lo “negativo”.
¿Tu feedback es útil? Antes de dar un feedback, piensa si lo que quieres decir tiene como objetivo mejorar el proyecto o la relación, ya que si no es así probablemente lo que quieras comentar es con el objetivo de sacar tus emociones, para ello es mejor otro tipo de espacios y con otras personas.
Si te cuesta animarte a dar feedback, puedes hacer un ejercicio rápido pensando en cual es el costo y/o beneficio de no hacerlo o hacerlo hasta el final, haz una lista mental de todas las cosas que pueden estar en juego (el resultado del proyecto, tu aprendizaje, el ambiente de equipo, tu profesionalismo) así como qué ganarías/n si hablaran de esta situación. Seguro te animará a dar el siguiente paso.
sobre la mesa. No queremos romantizar el feedback y sabemos que lo más probable es que sea un momento “incomodo” ya que implica ser vulnerables, pero recuerda que es mejor no estar ocultando/cargando todo lo que no queremos o no nos gusta hablar, ya que mientras más lo traemos de un lado para otro, más apestoso se pone.
En caso que hayas recibido un feedback poco efectivo, evita que gane el ego y quédate con lo útil, reflexiona: de lo que acabas de escuchar ¿Qué te puede servir para ponerlo en práctica?, si algo no te hizo sentido ¿necesito otra opinión para contrastarlo?, ¿puedo desechar algunas frases que no tenían ningún objetivo para mejorar la situación?
Reflexiones